Me lleno de una melancolía predictoria y añoro una melancolía nostálgica. La única que tengo la tengo tan encerrada que ya no ladra, solo muerde. Solo ladra cuando el caminar de esa gatIta interrumpe su predecible existir. Pero pobre can, si tan solo supiera que ella no escucha, quizá por la distancia en la que se ubican.
Mis monstruos y sirenas regresan como para devolver mi gullivera a tierra firme. Me insitan a sincerarme conmigo y me obligan a reducirlo todo a 2. Las sirenas, con sus dulces cantos llaman a ver que hay detrás de las rocas, los monstruos por el contrario prometen un final aterrador. Ambos me llevarían, en realidad, a un resultado trágico.
Tiendo a confiar más en mis monstruos, aunque el canto de las sirenas siempre es tentador.
"Nada es un sueño, mi amor. La vida se ha encargado de darme los pellizcos necesarios. "
Alejandro Páez Varela
3 comments:
Extraño.. yo no entiendo. El significado que tu le das. Pero simeplemente es muy playero, viendolo a simple vista.
jajajaja... ahi manta playero!!.. te lo aventaste bueno..jajaja.
el pobre ariel se insipiro escribiendo eso pa que le salgas con playero...jajajaja...
Yo se que esta bien llegador e inspirador pero como es muy profundo, no entendi lo unico que si se pues es que habla de sirenas y que imagine leyendo en la playa con la brisita.
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